Baterías, tipos, mitos y verdades (II)

Baterías, tipos, mitos y verdades (II)
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Abordamos nuevamente este especial sobre las diferentes clases de baterías que existentes en el interior de las carcasas de nuestros dispositivos móviles. No sólo explicaremos el último de ellos, las baterías de polímeros de litio, sino que daremos por fin explicación al fenómeno conocido bajo el nombre de “efecto memoria” y que tantos quebraderos de cabeza ocasiona a la hora de proporcionar un correcto mantenimiento de estos necesarios complementos.

Con este propósito desvelaremos algunos trucos y verdades sobre como alargar en el tiempo la vída útil de nuestros dispositivos sin que ello requiera de un gasto extra añadido debido a un mal uso de los recursos energéticos con los que cuentan los teléfonos móviles en la actualidad.

Baterías de polímeros de litio, la revolución móvil

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Más conocidas por LiPo, fueron utilizadas inicialmente por Ericsson, aunque ahora su uso está muy extendido en la industria. Muy semejantes a las baterías de iones de Litio, su principal ventaja es su flexibilidad a la hora de implementarlas en cualquier dispositivo electrónico por muy pequeño que sea. De hecho, es conocida la intención de algunas compañías especialistas en el sector de la fabricación de baterías la intención de producirlas en láminas con tan sólo un milímetro de espesor.

Son una variación de las baterías de las anteriormente mencionadas baterías de iones de Litio, permitiendo una mayor densidad de energía. Tanto es así, que ésta podría multiplicarse hasta por 12 veces las de otras baterías como las de Níquel-Cadmio (NiCd) o las Níquel-Hidruro metálico (NiMH) a igualdad de peso. Por otro lado, baterías LiPo de igual capacidad que otras de NiCd llegan a ser hasta cuatro veces más ligeras.

Las ventajas son indiscutibles. Sin embargo el gran inconveniente de estas baterías es que requieren un trato mucho más delicado, bajo el riesgo persistente de deteriorarlas irreversiblemente, llegando incluso a producir su explosión. Como normal general precisan de una carga mucho más lenta que las de NiCd, aunque como a sus hermanas mayores el “efecto memoria” no le afecta en demasía siempre y cuando no se descarguen por debajo de cierto voltaje.

La gran desventaja de las LiPo continúa siendo su precio a día de hoy, teniendo un coste aproximadamente del doble que las tradicionales NiMh, a pesar de que su paulatina introducción en el mercado ha provocado una bajada en su precio y, por ende, en los costes de fabricación y venta de algunos terminales.

¿Qué es el “efecto memoria?

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El denominado “efecto memoria” es un fenómeno por el cual la capacidad de las baterías se ve reducida debido a una incorrecta gestión de las cargas por parte del usuario o por sobrecalentamiento. Al cargar las baterías sin que éstas hayan llegado a descargarse por completo de forma reiterada, los compuestos encargados de generar la reacción química que produce la corriente eléctrica terminan por crear cristales que modifican el voltaje y reducen su potencial energético o capacidad de carga.

Uno de los modos más efectivos para prevenirlo en las baterías NiCd y NiMh es realizar al menos un ciclo completo de carga/descarga cada poco tiempo de uso. Un sistema también muy recomendable para los tipos de batería menos susceptibles a este fenómeno, como las de iones de Litio y las de polímeros de Litio, para las que se recomienda llevarlo a cabo al menos una vez al mes.

Como veréis esto contradice la sabiduría popular, incluso la de algunos “profesionales de la venta” de aparatos electrónicos de consumo en tiendas y grandes superficies, que no recomiendan en absoluto la realización de cargas incompletas y sí esperar al agotamiento de de la batería para comenzar a cargarla de nuevo.

Pero sin duda, el mito más extendido es aquel en el que se recomienda realizar una primera carga más larga en cualquier batería para que alcance el máximo de capacidad, cuando todo ésto no es cierto.

Las baterías de Litio también tienen sus problemas: pasivación

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Es un fenómeno similar al “efecto memoria” que únicamente afecta a las baterías con base de Litio en su composición, aunque bastante menos conocido. La pasivación se produce cuando una batería sufre un largo periodo de inactividad o se le habitúa a recibir cargas pequeñas en cuanto a duración, lo que evidentemente repercute en su nivel de capacidad.

Se podría entender como una especie de resistencia interna de la batería, ya que se trata de una fina película de Cloruro de Litio (LiCl) que se forma sobre la superficie del ánodo que puede hacer caer el voltaje de la batería por debajo del necesario para el funcionamiento del dispositivo móvil al que dan servicio si ésta se torna cada vez mayor.

Sin embargo puede resultar incluso beneficiosa al evitar la autodescarga de la batería, ya que si la capa aún es fina desaparecerá conforme ésta se usa de forma habitual.

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